lunes, 16 de noviembre de 2009
Ghettos.
Publicado por DiRRTYDiSSCo en lunes, noviembre 16, 2009 9 comentariosCómo nos gusta a las personas excluir, da igual lo que sea. ¿No os habéis fijado? Desde que somos tiernos infantes, tendemos a la exclusión y a la segregación. En la guardería, los niños y las niñas ya establecen barreras y ciertas reglas no escritas de cómo deben de ser las cosas. Más tarde, cuando crecemos, la situación sigue más o menos inalterable hasta que las hormonas y la (a veces odiosa) naturaleza empiezan a hacer su trabajo y nos empezamos a fijar l@s un@s en l@s otr@s, y todo empieza a enredarse.Para mal. Pero siempre, repito, siempre habrá condiciones y maneras de separarlo todo. De separarnos y alejarnos, porque debe ser que a los seres humanos de verdad no nos gusta exponernos al cien por cien en calidad de personas. No, solamente lo hacemos detrás de las máscaras y velos con los que nos manejamos a lo largo de gran parte de nuestra vida.
Y os estaréis preguntando que todo esto a qué viene. Pues resulta que todo esto es culpa de una mosquita que me lleva zumbando años en la cabeza y, claro, de alguna forma hay que matarla. Chicos y chicas, cuando nos hacemos mayores, también establecemos unas disgregaciones parecidas a las naturales. En el mundo heterosexual los chicos hablan de fútbol y las chicas de zapatos, y únicamente compartimos el wc cuando nos metemos una raya, ya sabéis. Es algo parecido a una guerra sin cuartel en la que el otro sexo es el enemigo a vencer y doblegar y, si hay oportunidad alguna, humillar y pisotear hasta la extenuación. Me diréis que estoy exagerando, pero en el fondo todos sabéis que esto es verdad. El amor torna en desamor; la angustia vira hacia la desesperación; el malestar se convierte en odio. Y así llevamos funcionando desde que dejamos de meter ramas en hormigueros para luego chupetearlas. Las barreras que se establecen son de género. Y esto es más fuerte incluso que un muro de hormigón y hierro, pues no se puede tirar tan fácilmente. Si a esto le sumamos el hecho de que, desde ciertos sectores (a priori considerados progresistas o libertadores) se fomenta desde dentro más aún la disgregación genérica y sexual, apaga y vámonos. Ojo, y esto lo digo sin acritud ninguna y sin querer generalizar. Y entiendo que las chicas se quieran ir solamente con las chicas porque están hasta el coño de aguantar durante años ver como dos mandriles borrachos de pantalón chino cagao y camisa con lamparón de whisky se suban por las paredes viéndolas darse un beso. Las entiendo muchísimo más a ellas que a ellos, esos pussy haters ciclados de estéticas paramilitares y acauchutadas; de cabezas rapadas y bigotes poblados; de guante de látex blanco empapado en Crisco. A ellos, que solamente quieren ver pecho palomo, arnés, calzoncillo sudado y sobaca mora en sus clubs, no les comprendo tanto, fíjate. Para tomar café en el Diurno sí, mari, que somos súper amigas, pero para venirte al bar de cruising, no. Y ellas (y con más razón, como digo), tres cuartos de lo mismo. Poquito a poco, el ghetto va menguando más y más, y la barrerita en cuestión se hace más gruesa. Porque es más fácil generalizar desde la óptica propia y desechar al opuesto en lugar de intensificar el filtro y ser absolutamente imparcial. Y no será la primera vez que veo a una leatherona beneficiándose a una señorita presta a ello ni a una bollaca babeando detrás de cuanta teta o culo se le ponga delante, al más puro estilo macho ibérico.
El Progresismo Militonto lo que está consiguiendo es crear más guettos dentro de los guettos ya existentes, en lugar de acabar con ellos. Y al ser estos cada vez más pequeños, caminamos hacia la barrera definitiva: el guetto unipersonal. Y lo bonito sería poder ir juntos al baño a ponernos esa raya, a mear, a cagar, a comernos los bajos sin importar más que la sonrisa que me has dedicado o lo interesante que es lo que me has estado contando acerca tus clases de fotografía. Y porque me gustan los zapatos de tacón, a ti el fútbol y a todos follar más que comer con los dedos, qué coño.
DiRRTYDiSSCo
Dedicado a una pared verde y a un gato que mira por la ventana.
Banda Sonora: Ghettos
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