Escribir es más complicado de lo que parece, creedme. Ponerte delante de un documento en blanco y hacer que de tus deditos salga algo cohesionado, coherente y con estilo puede resultar un verdadero rompecabezas. Al menos así me pasa a mí que llevo escribiendo dos días, como el que dice. Y eso no significa que no sea un hombre leído ni carente de cultura. Al contrario. Pero el cerebro, como los músculos, hay que ejercitarlos o se pueden atrofiar. Y, claro, ahí radica la diferencia entre los geeks gafapasta de todo este asunto bloguero, twittero e internetero y yo: ellos me llevan años de ventaja en cuestiones literarias, culturales e intelectualoides. Es cierto, soy un gañán. Porque durante todos estos años no he ido ni una sola vez a la filmoteca ni he visto más películas de autor que Los amantes del Círculo Polar y alguna otra mierda finlandesa en V.O.S. cuyo nombre ni recuerdo (Esta última debido a mi ex compañero de piso, del cual me burlaba por ver mierdas de semejante calibre en lugar de estar trasteando por el Myspace. Qué tiempos). Porque no he leído en mucho tiempo nada que no sea un best seller, un cómic o un libro de género menor. Porque no me he dejado llevar ni en mis peores momentos por esa angustia vital y esa espiral de auto-destrucción emocional que hace que seas mejor, más sentido y con más derecho para sentirte diferente al mundo que el resto de la common people (y lo que es mejor: siendo el poseedor de La Verdad Absoluta).
Qué va. Yo voy a la zaga de estos superhéroes de la palabra cibernética y del byte literario. Porque pese a haber leído mis cositas (mucho más que la media, os lo aseguro) y tener más cultura general que el españolito medio, me he dedicado todos estos años que van de la adolescencia a la edad adulta a vivir. Sí, sí: A VIVIR. Y, claro está, hace que mi estilo al escribir se vea resentido. Mientras otros estaban devorando novelas de Edgar Rice Burroughs y Charles Bukowski yo, garrulo de mí, estaba inmerso en la vorágine de la noche madrileña. Otros veían y admiraban las películas de Isabel Coixet mientras que un servidor se lanzaba a la lúbrica y sucia sensación del sexo con olor a tabaco, boca pastosa y sudor químico. Por esto, y por alguna cosa más, no escribo como debiera. No estaré a la altura de muchos, ni se me considerará un blogger de verdad. Intentaré redimirme poquito a poco e irme convirtiendo en un ratoncito presto a recuperar el tiempo perdido tan inútilmente. Ya no voy a vivir más que para ser mejor que el resto.
DiRRTYDiSSCo
Banda Sonora: Gafapastas
12 comentarios:
Completamente de acuerdo. Yo también iba camino a convertirme en un triste y conflictuado ratón de biblioteca, pero por suerte reaccioné a tiempo y me entregué de lleno a beber de las mieles de la calle, de la noche y de las historias vividas en primera persona.
Sigo siendo culta, sigo leyendo pesados tratados intelectuales en mis ratos libres, pero a la escuela de la vida no la cambio por nada ;)
vale, eres un mequetrefe, lo tienes asumidísimo, ... que intentas demostrar, que por escribir un blog, llegaras a ser un crack?????
;-) es coña, pero si escribes que sea por la necesidad de contar algo.
Pero si te expresas fenomenal tontolín. Yo a los gafapasta no me los creo.
Muasss
Me llama poderosamente la atención esa bipolaridad que plantean siempre los Vividores de "su escuela de la vida" frente a "las ratitas de biblioteca"...
Siempre me ha sonado a "mi vida es una mierda y no tengo ningún futuro y tengo que autojustificar todos mis años perdidos en la nada con una excusa que me dignifique como Reina (venida a menos) de la noche" :)
Y os lo dice una Reina Rata superorgulloso de serlo :)
Román, querido.
No voy a caer en tu burda provocación porque nos conocemos demasiado bien :D
Además, tu caso no es válido, pues te comías pastillas como conguitos en el Room, majo :D
¿Ibuprofenos dices? qué mala vida llevas Román...
Escríbenos algo ¿no? :)
Eso, nos tienes a tus fans jodidos..
La inteligencia, que es el primer recurso de un buen escritor, viene dada por la genética. Son funciones de ella la imaginación, el buen gusto, la profundidad y la posibilidad de generar verosimilitud. Sin inteligencia no se pueden crear personajes creíbles, historias articuladas o descripciones comunicativas. Claro está que la inteligencia no es suficiente para crear grandes obras, la lectura juiciosa de los grandes autores, la experiencia de vida, la atención a la información que ofrece la realidad, el ejercicio literario consuetudinario y decidido, la afinación del sentido de lo literario, son construcciones. En síntesis: el gran escritor nace y se hace.un beso calvito
aquí reportándose una gafapasta nivel marrón (sí, los niveles son como los del karate sólo que al revés, cuando más asciendes más te acercas a las gafas blancas) con unos pocos consejos: a escribir se aprende como se aprende a caminar o a dibujar, por la experiencia. Tienes que aprender a caerte de culo antes de arriesgarte a llegar hasta la cocina. Y todo lo que lees, es experiencia, incluso de los peores libros se pueden sacar conclusiones técnicas, aunque sólo sea para evitar sus fallos. Me gusta mucho el lado salvaje, explótalo, porque ahí tienes un filón y además parece que te sientes cómodo escribiendo sobre ello: "un servidor se lanzaba a la lúbrica y sucia sensación del sexo con olor a tabaco, boca pastosa y sudor químico." Lo único que puedo decirte es que la experiencia marca la diferencia, así que si de verdad te gusta, y tienes la necesidad de transmitir, sigue escribiendo.
Un placer leerte!
¿Ante quien te justificas con esta entrada? Dices que has leído más que la media y que tienes mayor cultura general que el españolito medio... si esto es así, que no lo dudo, ¿para qué molestarte en proclamarlo a los cuatro vientos? Todos tenemos un pasado y una vida, incluso las ratas de biblioteca tienen cosas que contar.
Escribe lo que te salga y como te salga. Los que te leemos lo hacemos precisamente porque nos gusta tu estilo cercano y carente de pedantería.
Una amante del sexo con olor a tabaco y muy leída.
No me justifico anten nadie, anónima querida. En el momento en que escribí esto dije exactamente lo que quería decir. Lo de carente de pedantería, pues depende de como se mire, ¿no? Para unos lo soy mucho y para otras (como tú) lo soy nada. Siempre que he escrito lo he hecho desde dentro, saliéndome lo que me salía. Sigo así.
Me encanta que seas leída. Que te guste el sexo con olor a sobaco ya me hace pensar en otras cosas. Deje usted de ser anómina, por Dios.
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