martes, 27 de octubre de 2009

Playlists.


¿Os acordáis (los que tengáis edad) de cuando
grabábamos una cinta de cassette especialmente para alguien? Era un árduo trabajo pues, además del coñazo intrínseco que significaba el cambiar la cinta en el aparato en cuestión, había que tener muy en cuenta la personalidad y gustos de la persona a la que iba dirigida. De ahí pasamos a tostar cd's para amig@s, novi@s y allegados, con lo que el coñazo disminuyó, pero también la cosa fue perdiendo gracia poco a poco. De ahí a los reproductores mp3 y demás artilugios de compresión de archivos de nueva generación quedaba muy poco. Llegados a ese punto, todo fue mucho más fácil (en eso estamos todos de acuerdo), pero más frío e impersonal. Igual es que ya estoy rondando la treintena y llega el momento en el que YA puedo saber lo que es la nostalgia, pero prefería aquello; prefería buscar las canciones vía botón
rewind y ffw; prefería elegir cuidadosamente el orden de las canciones con tal de que la selección no chirriase y todo cuadrase; prefería darte aquella cinta en mano, con la carátula manuscrita para que se pudiesen leer de mi puño y letra los títulos de los temas escogidos.

¿Por qué empiezo a escribir hablando de esto? Siendo yo como soy, hubiese sido muchísimo más fácil comenzar este blog con una entrada súper irónica acerca del sexo con elementos fetichistas inusuales (tales como prótesis anatómicas o máscaras de lucha libre mexicanas), la grandeza de la malograda y muy inspiradora Carmina Ordóñez y su séquito o una equiparación documentada de ciertos modelos de zapatillas Nike con Jimy Choo's o Louboutines. Podría perfectamente, sí. Pero si estoy ahora mismo escribiendo esto y este blog ha pasado de ser una mera idea cuasi madurada en mi cerebro a una realidad (sin mucha más pretensión de expresarme en más de 140 caracteres y escribir acerca de lo que me salga de los huevos y evitar que las buenas ideas se me escapen entre conversaciones de wc e interminables cañas latineras) es culpa de un playlist de Spotify creado en exclusiva para una persona. Como si fuese una cassette. Como cuando escribía de mi puño y letra el título de las canciones y esperaba, impaciente, una reacción después de la escucha de todos y cada uno de los temas por parte del/la beneficiari@. Ayer me dí cuenta que estaba haciendo lo mismo que con las cassettes, pues me pidieron una selección, y me presté a ello con ganas. Tema a tema, fui escogiendo cuidadosamente. Ecléctica, arriesgada, muy personal. Le gustó a mi interlocutor, así que me decidí a publicar una vía Twitter de manera pública, sin más intención que mostrar una pequeña parte de mí. Al ponerle título a la selección, me quedé un rato pensando; me gustaba. Songs for disabled lovers. El problema del nombre del blog estaba resuelto, y todo de la manera más casual. De A a D, pasando por B y C. Así de sencillo y complicado al mismo tiempo. Así que creo correcto empezar escribiendo sobre esto, sobre el como surgió la idea del dichoso titulito y dándote las gracias ahí donde estés, en la sombra.


DiRRTYDiSSCo

Banda Sonora:
Songs for disabled lovers

5 comentarios:

Laflores dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Laflores dijo...

Yo tambien quiero que me hagas una lista de esas de spotifipitipiti ;P Bso!

Anónimo dijo...

mejor que el maiespaiez ese mil veces

Anónimo dijo...

Qué bien suena este blog!
Yo hasta hace poco, aún conservaba cintas de esas ^^ (fuí tan gilipollas de tirarlas).
Y si lo tuyo es "nostalgia porque estás rondando los 30", lo mío qué es: recuerdos prehistóricos de dinosaurio???? :P

DiRRTYDiSSCo dijo...

Clicia, cariño: soy un joven viejo :D

Publicar un comentario